domingo, 31 de marzo de 2013

César Calvo - Nosotros no hemos muerto jamás entre los pinos - Poema en el Cusco




Nosotros no hemos muerto jamás entre los pinos

En el Cusco la piedra donde antaño nacían los violentos arcoiris
El tiempo de los héroes son diez huellas pequeñas en el borde de un pozo
Cayó aqui Sinchi Roca, Hijo del Sol matado por sus manos,
Fueran ojos mis ojos, si miraran, pero nada es memoria,
Piedra sola partida por un rayo, sino este musgo negro, estas víboras mansas.
Los Compañeros en cambio, con los ojos abiertos al peligro, soñaban más que nunca.
Y ahora entre estas tumbas que son nuestras, 
las que ellos predijeron, no serán encontradas jamás, 
Ninguna piedra es señal de su paso, ni un arcoiris de humo se levanta,
La soga del ahorcado no logró sostenernos.
Nuestro heroísmo terminó con un palmo de narices en tierra al pie del árbol,
Que buscamos entonces bajo la luna del siguiente día en las escalinatas de Ollantaytambo.
Tocando piedras muertas hace siglos, oyendo el viento negro de los lagos helados,
No hay silencio posible, no hay olvido y nada encontraremos sino muros, 
más allá de estos muros
Acaso alguna roca de cristal, semejante a nuestro amor que suene inutilmente,
Los Compañeros ya jadeantes , nunca.
Nosotros compartimos otro vaso y el silencio es el mismo.
No hay olvido, el rumor de los lagos nos lleva.
Según se sabe Pedro agonizó tres noches, 
aún veía cuando los Compañeros ya no tenían ojos a causa de los buitres.
Él pudo recordar, oir su infancia, una casa cubierta por las olas,
 mientras un pico negro le buscaba el corazón.
Cuando dejaremos de huir y de esperar.
De todo lo que amamos solo queda la Piedra de Sinchi Roca 
y la desconocida Puerta de los Hermanos que entraron a la tierra.
Nosotros no hemos muerto jamás entre los pinos, 
nos hallamos tendidos bajo el follaje inmóvil
Y respiramos todavía esta inútil frescura, no hay olvido, 
mientras nos decidimos a volver a su encuentro.

César Calvo

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El laureado poeta recita su poesía con su peculiar talento. 
Nuestro especial agradecimiento a su amiga cineasta Sra Nora de Izcue,
quien hizo recuperar la poesía de un antiguo carrete
 en La Casa de Las Américas de la Habana, Cuba.

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Edita Dr Guillermo Calvo Soriano de Lima - Perú.

1 comentario:

  1. Hermosos paisajes y estremecedor poema. Agradecimientos a
    la señora Nora de Izcue, pero
    eternos agradecimientos a el Maestro Guillermo
    hermano del poeta por demostrarle
    día a día el amor que siempre le tendrá.

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